Los macaromes se formaron después que se escucho un sonido fuerte y estruendoso para ellos, en el fondo del corazón recién formado y sonaba como un tic tac claro y fuerte, igual que las horas del reloj, este sonido era constante, lleno de vida.
Les
gustaba la armonía y cadencia con la que se escuchaba, y el calosfrió que les
daba el cambio del calor al frio porque se sentían vivos, también danzar entre
la naturaleza, con viento y frescura en sus caras y calvas o pelos largos,
según el caso o bien salir en la lluvia intensa y regresar al calor de su casa
entre ventrículos, hablan poco y piensan mucho.
Odian
y desesperan con las multitudes, los ruidos fuertes o bien otros macaromes muy
platicadores, también odian su ego que a veces no pueden dominar y no ser
genuinos porque no pueden o no los dejan.
Disfrutan
comer fruit, salad, adoran las pastas, beben con agrado el ginger tea, gozan
comer avocado.
No
pueden dejar de usar solo ropa de algodón o lino ya que otro material los irrita
hasta perder de vista la nariz, con colores claros como una mañana con sol, los
zapatos muy cómodos, como si pisaran solo algodones o en las nubes, pero les rechifla
de emoción caminar descalzos en la tierra madre o el pasto para sentir como se unen con Pachamama. Siempre traen un
bolso al hombro o cruzado en el pecho ya que guardan los tesoros encontrados en
su largo caminar, desde una sonrisa hasta un bello amanecer.
Los
macaromes se mueren de risa con las caricaturas, los embriaga la música clásica
y la moderna, una buena lectura o escribir sus historias o sueños, aman una
bella puesta de sol o ver y escuchar el mar.
Se
enamoran de la sonrisa de un niño o niña, se derriten con un beso de sus
familias, sueñan con ser muy felices, primero entregan su energía y alma a
todos sus seres queridos .
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